domingo, 29 de marzo de 2009

¿Joven delincuente? Perdón, COMBATIENTE.

29 de marzo de 2009. La prensa espera con ansias los desmanes que dejará el Día del Joven Combatiente, que en los últimos años ha sido llamado día del Joven Delincuente, borrando de un plumazo el sentido de esta conmemoración, y reduciéndola a lumpen y comunistas resentidos. Montaje por parte de la prensa y Carabineros... ¿En qué año estamos? 2009, cierto cierto, democracia y Concertación, Pinochet muerto, Piñera con serias posibilidades de ocupar la primera magistratura del país, mucha agua ha pasado bajo el río. O quizás no tanta. ¿Montaje? Eso recuerda al Régimen Militar, pero no, estamos en el Régimen Democrático, recuérdalo bien.

Ya ayer estaban apostados en la Plaza de la Ciudadanía móviles de televisión, esperando ataques al palacio de Gobierno. También Villa Francia y San Bernardo se han visto bajo este asedio. Pero, ¿Qué representa realmente este día? ¿Violencia desmedida, desmanes, resentimiento, inseguridad? Eso es lo que nos han vendido durante años los medios. ¿No hay algo más? ¿Alguien más?

EL 29 de marzo de 1985 fueron abatidos por Carabinero Eduardo y Rafael Vergara Toledo. La versión oficial de la época adujo un intento de asalto y posterior enfrentamiento con las fuerzas del orden por parte de los hermanos Vergara, militantes del MIR, pero entre los vecinos de Villa Francia y luego entre la oposición democrática se comenzó a especular que tal enfrentamiento nunca ocurrió, sino que antes del asalto fueron interceptados por Carabineros. Eduardo moriría por impactos de bala recibidos en la espalda. Rafael moriría minutos después tratando de ayudar a su hermano, donde lo único claro es que la causa de muerte fue un disparo en la nuca. Hechos concretos que originaron el mito del Joven Combatiente.

Actualmente, el 29 de marzo es visto como la oportunidad de encausar el descontento hacia estos 19 años de gobierno "democrático", donde la desigualdad y la falta de oportunidades parecen aumentar y la impunidad reina. En un escenario incierto como el actual, es necesario recordar a los mártires de la Dictadura, quienes dieron los mejores años de sus vidas (o sus vidas) por creer en que un Chile mejor era posible, sin dictadura, sin Pinochet. Los hermanos Vergara, Cecilia Magni, Raúl Pellegrin, Julio Muñoz, Santiago Nattino, Manuel Guerrero, José Manuel Parada, Paulina Aguirre, Ariel Antonioletti, Roberto Nordenflycht, sacrificaron todo y entregaron su vida por una causa que creían justa. Otros como César Bunster, Karin Eitel, Carmen Gloria Quintana y María Paz Santibáñez vieron sus vidas afectadas por siempre, con el trauma físico y psicológico que les dejó luchar contra la Tiranía. Otros como Maurio Hernández Norambuena, Raúl Escobar, Ricardo Palma, Maritza Jara, deben vivir en la clandestinidad para no caer en el circo de la Justicia y la Fiscalía Militar, donde se omite un pequeño gran detalle: La Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cual en su preámbulo legitima la rebelión contra la tiranía y la opresión.

Un día como hoy fueron Eduardo y Rafael. Un día como mañana serán Santiago Nattino, Manuel Guerrero y José Manuel Parada. ¿Es de delincuentes recordar?

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