miércoles, 30 de diciembre de 2009

Meine Jahre

Quiero hacer un paréntesis en mi desahogo adolescente (de adolecer, no de niñería).

Es típico de este periodo hacer un recuento, balance, de lo ocurrido durante el año. No es mi intención. Tampoco es mi intención actuar como si estos 525.960 minutos hubiesen sido sólo eso, 525.960 minutos.

Podría enumerar lo aprendido en la u, los libros leídos, la gente que llegó a mi vida (y que salió de ella). Números que parecen vacíos cuando pienso qué decía cada libro, la historia de cada persona. Cifras que finalmente son palabras.

Este es por lejos el año más raro de mi vida. Este 2009 rompió el esquema y me es imposible clasificarlo, pero sí ocurrieron cosas bastante sui generis, algunas retratadas aquí, otras no.

  1. En marzo mi prima, a la que quiero como una hermana y nuestra relación es como tal, perdió a su hija de 8 meses y no pude estar junto a ella en ese momento. Aún no la veo, y eso me hace sentir una pésima persona, considerando cómo ha sido siempre ella conmigo.
  2. Una buena amiga de la Básica está embarazada, y me enteré por facebook.
  3. Me desenamoré y enamoré cuando menos lo esperaba de quién menos esperaba.
  4. Blondie me acompañó en mis largas noches de estudio y desvelo. Ahora Debbie Harry le dejó el lugar a Lady GaGa.
  5. Aprendí el valor de viajar en grupo, aunque sigo prefiriendo viajar sola.
  6. Fui al cine un par de veces sola y aprendí que eso siempre es bueno. No obstante, la compañía también siempre se agradece.
  7. Lloré en el metro, a pesar que el 10 de julio de 2008 juré que no lo volvería a hacer. Ahora no juro nada.
  8. Dos horas después de una conversación de esas que nadie desea dar ni recibir, se armó mi viaje a Buenos Aires.
  9. Aprendí el valor de una moneda de $10, especialmente después de Buenos Aires.
  10. Me sentí acosada, varias veces, por varias personas. Lo raro es que nunca antes me había pasado. Finalmente descubrí que era sólo una persona, y el resto era sensación mía, aunque demasiado vívida.
  11. Tuve peleas tontas y reconciliaciones maravillosas. Varias veces.
  12. Descubrí que la dignidad es una barrera que te impide muchas veces lograr objetivos. "La dignidad me la chupa", y no me creo el Diego.
  13. Aprendí que la comida es una mala aliada de la tristeza, así como que hay gente que está en las buenas, malas y peores, y se denomina amigos.
  14. Me contuve a la tentación de que me leyeran el tarot. El año pasado me evite muchas lágrimas por aquello, pero ahora quiero vivir, reír y llorar al máximo.
  15. Este es el primer año de mi primer blog (el otro no cuenta). Finalmente, después de muchos intentos, me enamoré de un diseño.
  16. Después de un año, volví a hacer ejercicio y sentirme consciente de mi cuerpo.
  17. Me reconocí como una persona más espiritual, lo cual no se traduce en una liberación del alma.
  18. Después de uno de mis peores días del año hice un propósito que poco a poco va cumpliéndose.
  19. Reivindiqué el desprecio a las salidas fáciles, a pesar que este año fueron recurso muy común en mi vida. Ese desprecio por momentos era hacia mi también.
  20. Tres años después, volví a ser víctima de la inseguridad destructiva.

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