viernes, 19 de marzo de 2010

Desolación

Como una lejana luz que agoniza en la penumbra mi voz se fue extinguiendo,
se oía cada vez mas extraña y distante.
El sonido se perdía en lo más inmenso y se confundía entre los ecos del recuerdo.
Todo llevaba en si, la apariencia que buscaba y me deje llevar por aquella voluntad imperiosa, rodeada de un falso anhelo.
Los sueños creaban la fortaleza pero la realidad demostraba una mayor dimensión que yo no entendía y que los demás preferían ignorar.
Mi expresión perdió sentido y fue muy tarde para volver, para explicar.
La desesperación me invadió como una fiebre eterna deseando entender pero solo consumió mis pensamientos.
Con el tiempo las palabras perdieron sentido y dejaron de existir.
Pero aun sobrevivía, aun observaba.
Hoy la tarde ha sido horriblemente interminable.
Yo aun respiro, aun observo cada rincón de mi habitación,
NADA es desconocido, NADA me sobresalta, NADA me extraña
Mi voz no existe pero mi mente ya no me engaña.
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