domingo, 12 de julio de 2009

Simplemente, solos, tú, yo

Una estrella que titila solitaria
en un cielo triste y nublado
me ha devuelto la imagen humana
de tu figura, allí, sentada.

Si no fuera porque estás vestido
de una carga de dolor e ira
que has acumulado tanto tiempo
quizás, sólo quizás, serías mío.

Ámame, en el secreto de la noche
que nos protege a todos bajo el mismo manto
no tengas miedo de susurrarme al oído
las palabras que siempre he esperado.

Mírame, aquí sentada, simplemente
siendo presa de un amor imposible.
Te esperaré... todo el tiempo que tu quieras,
hasta que la pesadilla de esta vida termine.

No hay mas murmullos, sólo silencio
bajo la luz de la luna redonda.
Quién sabe si además de mis lamentos
alguien bajo esta luna solloza.

¿Dónde estás, amado mío?
Veo tu cuerpo pero no tu mente.
No sufras más por los dolores
de un mundo inconsecuente.

Tú siempre contarás conmigo
y aunque te sientas solo en esta vida,
mi corazón estará contigo
para otorgarte eterna compañía.

Y esta noche en que la lluvia nos moja,
es el principal testigo
de un amor que al tedio destroza
y a las edades ha vencido.

Aunque el viento sople fuerte
y las gotas de ácido persistan,
todo está bien, cariño mío
simplemente porque nos amamos.
.

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