Ciego, ¿Estás ahí?

Quiero creer en palabras de alegría y transformadoras. De un mundo mejor, lleno de vida, donde todos somos felices y se considera hermoso. Donde no hay nada de que quejarse...
Pero mira a tu alrededor, las plumas de ángeles muertos están esparcidas por todo el planeta, mientras se escucha la agonía y el llanto de niños pequeños que no merecen la basura que les hacemos tragar a la fuerza.

¿Prefieres cegarte y seguir creyendo que todo es amor, paz, belleza? Excelente es creer en un salvador que nos alejará de toda nuestra miseria, sonriendo y diciendo que ya no habrán más sombras.

¿Dónde está el que nos prometió la liberación? ¿Por qué nos crearon si nos condenaron en cuanto Adán mordió la manzana? Todos en el mismo saco porque traemos la misma semila. ¿Por qué? ¿Por qué castigarnos si fuimos creados imperfectos?

Vivir la vida que no se quiere vivir, es lo que nos obligan a cumplir y seguir el camino tal como está, es la respuesta que nos dan.
Si seguimos atados en algo que ya no deseamos, esperando quizá aun la venida del maestro para iluminarnos frente a una oscuridad extrema, vamos a morir sin verlo.

¿Sigues ciego? ¿Crees que aun hay esperanza, que no sea el suicidio?

Ah, Padre... En tí encomendé mis manos y me olvidaste, me abandonaste cuando te decepcioné y me castigaste eternamente cuando en el fondo sabes que planeaste todo para reírte a costilla mía. Ahora, sólo vivo aguardando mi muerte para que así me perdones algún día y a toda la especie le quites las vendas de los ojos para darles la oportunidad de elegir el no existir.

Y ahora dime... ¿Aún no ves?
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